Rodellar, en el valle del Mascún |
No se miró a toda esta gente que taladraba la roca, la manchaba del blanco, subía por donde moraban los buitres, como sospechosos terroristas ecológicos, mas bien lo contrario, en Aragón existe, gracias a los deportes de nieve, una gran sensibilidad ante los deportes de montaña. Se consideran globalmente una industria, dentro del turismo, y lo que se hace es regular mínimamente y favorecer.
Cartel con los centros hosteleros en el pueblo |
Ya sé que hay que tener la materia prima: una roca inigualable, llena de chorreras y desplomes con canto, gente como la aragonesa, Nacho, Alberto y todos los demás, los nuevos, los viejos, los novatos, un clima continental que favorece veranos al sol. Sí, pero eso también lo hay en más sitios, sólo hay que ir favoreciéndolo, unos arrastran a otros y dejemos a los buitres en paz, que viven de los muertos, y de esos hay muchos.
Problemas hay: el parking, la gestión de los deshechos, las distintas rapaces en sus temporadas de anidación, la aglomeración de gente a temporadas. Sí, no obstante suman mas los beneficios: una zona turística, que fija población, crea empleo, mantiene el ecosistema activo, - ya sabéis que el medio ambiente se cuida mejor con gente viviendo en su entorno - y que las vías son de lo mejor que uno puede escalar. Sólo falta que sigamos yendo, aunque eso sé que ya lo hacemos. Se están descubriendo nuevas bóvedas, ahora medio "secretivos", gran error, que harán que caminemos largo a por nuevos proyectos.