viernes, 21 de septiembre de 2012

Y vosotros, ¿qué aportáis?


Me preguntaba una amiga en una cena, tras leer los posts sobre los parkings y charlar sobre la realidad económica de los escaladores como potencial de mercado. “¿Qué aportáis si vais en vuestras furgonetas, coméis lo que lleváis de casa y salvo unas cervezas no “dejáis” nada en los sitios donde vais?”.

Ahí radica el punto de partida de lo que cuento, podemos parecer un colectivo que no deja nada, que lo quiere todo sin pagar y que no genera turismo. Nada más lejos de la realidad, que se lo pregunten a los chicos de Red Bull, una de las mayores empresas del mundo, o a La Sportiva, o a Trangoworld, por no decir de los habitantes de Rodellar, Orpierre o Kalimnos. El conjunto de todos nosotros es lo que se denomina un segmento de clientes, claro, definido y con una valoración de potencial económico.

Tenemos como escaladores deportivos nuestros propios problemas, distinto a los que practican alta montaña, patean, montan en bici, hacen clásica, montan en canoa, surfean, se tiran en parapente o corren por los montes, digo, tenemos nuestros propios problemas en forma de: “secretivos” o ausencia de información global, la suciedad que generamos en las escuelas de escalada, la falta de educación para respetar los lugares donde escalamos o la consideración por nosotros como colectivo de escaladores.

Nos enfrentamos a que se nos asocie a impacto medioambiental en vez de a turismo del ocio y tiempo libre. Si lo analiza el de medio ambiente seguro que cierra todas las zonas de escalada, aún las que están en parajes que han sufrido incendios forestales severos o han sido escombreras un tiempo atrás, si lo hace el de industria y turismo puede que vea el potencial a medio plazo de generar algún recurso. Depende de nosotros explicárselo primero a mi amiga en la cena luego al resto de escaladores y, mientras tanto, a las administraciones.

Apasionante cruce de caminos, lleno de opciones, de posibles direcciones. Empecemos.

viernes, 14 de septiembre de 2012

No hay dos sin tres: el parking de Valdegovía


No podía acabar el periplo veraniego de escuelas y lugares sin escribir sobre uno de los parkings más curiosos. Me refiero al de Valdegovía, escuela alavesa de gran calidad, inundada por los madrileños que huimos del calor en verano, y destino habitual del norte.

Hace unos años se llegó a prohibir escalar allí y en el pueblo se llegaron a colgar carteles de rechazo a los escaladores. Negociaciones y reuniones por parte de unos y otros, federación vasca creo, llegaron a un acuerdo de permitir la escalada cumpliendo unas pocas normas. No se suben los vehículos a la zona de escalada y se puede acampar en una campa detrás de las escuelas. Puede que haya más pero se resumen en estas dos.

Aquí es donde está el hecho diferencial. La campa o parking, en terminología que he adoptado para estos lugares en este blog, no tiene nada más que terreno suficiente para que convivan hasta medio centenar de furgonetas, caravanas y demás vehículos, está fuera del campo visual del pueblo, no hay sombras de árboles y se accede por una pista de tierra. El agua se obtiene en una fuente pública, hay duchas en las piscinas climatizadas del pueblo por dos euros, tres si quieres bañarte en la piscina. La guía de escalada se obtiene en la oficina de turismo del pueblo o te la bajas de internet en la página de la federación vasca de escalada.

Todos contentos, inversión mínima del ayuntamiento, lugar permanente de visita de escaladores, bares ocupados, camping lleno, buen ambiente y ningún problema de convivencia. Sólo los propios de la gestión de los residuos que generamos, tema que hay que afrontar cada vez más porque el campo no puede ser un servicio público lleno de papeles y heces.

Toca reflexionar sobre cuál es el mejor modelo, hemos visto Cuenca con su ignorancia de la escalada, Rodelllar con sus multas, Margalef con su presa masificada, Ceusse con su parking con fuente y suciedad, Teverga con su apuesta por este turismo, Valdegovía con su dejar estar sin más. Pienso que el más sostenible es el de Rodellar y el más difícil el de Teverga por el gasto que lleva, los demás tenderán a ir hacia uno u otro lado. El extremo es la prohibición, ese es otro tema.

Generamos gasto e ingresos en las zonas donde escalamos. Individualmente no merece la pena cuantificarlo, aceptar que es una forma de turismo activo que poco a poco va generando una fuente constante de negocio es el objetivo que trato de explicar, se llama demanda agregada.

martes, 4 de septiembre de 2012

El parking de Teverga

Amanecer en el parking de Teverga

Orbayaba según nos acercábamos a Teverga, era de noche, el gepeese nos había vuelto a hacer una de las suyas y nos llevaba por comarcales imposibles, nos cruzamos con una jabalí y su jabato, impasibles, ellos en su carril nosotros en el nuestro. Aminoramos la marcha. Un desfiladero y medio después sin disfrutar por la oscuridad, por fin llegamos. La Parra estaba cerrada, algún paisanu se veía en Peña Sobia, giramos a la derecha, el cuartelillo de la guardia civil a la izquierda apagado,  y ante nosotros el mayor parking de caravanas y furgonetas que hemos visto este verano.

Al despertar por la mañana se puso en marcha el pequeño campamento, unas caravanas salieron a sus rutas, otros a montar en bici, la mitad al menos se fueron. Los escaladores más despacio, nuestro ritmo es otro, sol de mañana en las paredes, desayunos de tertulia sobre regletas y gotas de agua.

Inspeccionamos la zona. Hay una caseta con ducha, lavabos y baños. Agua potable para la furgo vaciado de aguas grises y negras, y una zona para acampar o dormir si no se tiene vehículo apropiado. Todo habilitado para los que acampan, limpiada por los mimos y, supongo, que pagada la luz y el agua por el Ayuntamiento de La Plaza o de San Martín. Perfecto.

Llegó una furgoneta de una empresa de aventura con unas bicis, de la que bajó un paisano la mar de simpático que después de presentarse nos preguntó que qué nos parecía el lugar. “Es gracias al trabajo de Autocapa (Club Autocaravanista del Principado de Asturias), que yo presido, hemos conseguido que se habiliten estas zonas por todo Asturias". Junto con el alcalde han apostado por esta iniciativa, cambiando la normativa municipal para que no multe la guardia civil, consiguiendo un efecto llamada del turismo en la zona. Claro, también han sabido aprovechar que la senda del oso pasa por allí, pero es inteligente sumar recursos y emplear útilmente todo lo que pueda llevar gente a la zona.

Los problemas son los mismos, alguien deberá pagar las facturas de agua y electricidad y decidirá si le compensa, además del coste de mantener la instalación en buen estado. Mientras tanto han conseguido que sea agradable y fácil decidir ir allí en vez de otro lugar. La misma España, diferentes modos de entender las cosas. Personas con una visión de la realidad que facilita el turismo del ocio.

No todo el mundo está tan contento, algún escalador local decía que había demasiados madrileños, plaga que somos, enamorados de los buenos lugares, y que la suciedad en la escuela ha aumentado. No sé. Recuerdo cuando Raúl, Gallu, Gali, Roker, Tino, Josón y tantos otros empezaron a abrir vías hace quince años, ninguno imaginó que Teverga se iba a convertir en un templo de la escalada e incluso para los devotos de obligada visita. "Ahora veo gente todos los días subir a escalar",  me confesó Raúl. Eso sí, el grado es asturiano, las vías no son comerciales y triunfar, triunfar es más que difícil.