martes, 26 de febrero de 2013

Italia, La Sportiva y el quebrantahuesos de Cerler


Las lesiones sirven para descansar el cuerpo y el espíritu, mientras uno rebusca en su motivación el punto para retomar el esfuerzo de la máxima intensidad que exige la búsqueda de la siguiente dificultad. Un isquio, el izquierdo, me ha obligado a parar dos meses, mucho tiempo sin escalar y poco si lo vemos en el conjunto de una temporada. He recuperado el gusto por repetir un 6c+ para encadenar y mirar hacia arriba vías que subía antes.

Acepté, como el año pasado, la invitación de mi hermana, de pasar unos días en Cerler, esquiando por supuesto. Vuelta a luchar con esta actividad nueva para mí desde el año pasado, pasando de la cuña al paralelo, con mucha entrega, aun pareciendo todavía robocop con tablas. Cerler es un sitio único e increíble, para esquiar y para disfrutar de la montaña. Es el hogar de uno de los buitres más bellos y extraños de nuestra fauna en peligro de extinción, el quebrantahuesos, gyapetus barbatus, una ave de más de dos metros y medio de envergadura. El rey de los cielos pirenaicos. En su honor se denomina una de la pistas negras, que no he bajado todavía, más intensas de la estación. “Arriba hay un nido de quebrantahuesos”, me explicaba Cuka, mi paciente monitora de estos días.

Sonreí, no hay ninguna duda que esta pareja ha nidificado entre un montón de esquiadores de temporada, nos miran desde sus agudos ojos y planean sobre los remontes. El valle de Benasque es un paraíso natural, y sus gentes tienen claro que tienen que conservarlo para que sea un reclamo de lo que vivir después. “Hay hasta osos, pero ahora están dormidos”, concluyó Cuka.

En Aragón tienen claro que el medio ambiente hay que conservarlo haciéndolo compatible con las actividades de montaña y tiempo libre que llevan riqueza y opciones de vida a sus habitantes. Cuánto a exportar a estas zonas más cercanas en la meseta.

Todo esto pensaba a pié de vía ayer cuando alguien me preguntó sobre las elecciones en Italia, indignado porque podía salir Berlusconi. Ya, le contesté, mejor Monti, que es un tecnócrata que ha hecho un montón de recortes al estilo Rajoy siguiendo instrucciones de Merkel. Claro, qué bien vemos la situación ajena. Los italianos ven bien a Rajoy que nos está poniendo “orden” piensan. Mientras su país es como el rumor de La Sportiva, la mejor marca de gatos del mundo (Onda dixit), con precios bien altos que no es capaz de distribuirlos como dios manda en España, el mejor mercado de gatos del mundo, por número de vías de dificultad sobre el total del mundo. Capaces del mejor diseño, por calidad y por prestaciones, con una gran imagen de marca e incapaces de aprovecharlo distribuyendo y vendiendo a precios del mercado de aquí.

Claro que esto hace que René encuentre hueco para abrir una empresa de reparación de gatos. Eso y sus manos de artista.

Yo vuelvo a mis sueños con gatos recauchutados, soñando con bajar la quebrantahuesos la próxima temporada mientras doy otro pegue al proyecto que me ocupa.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Memorandum por el Fin del Mundo


Me pide Juanma, presidente de la Asociación de Escalada de la Zona Centro, que escriba unas líneas para la página web sobre el Barranco del Fin del Mundo, para explicar dónde está la zona, los datos y una pequeña descripción. Le digo que sí pensando que no quiere pedirme unas líneas de descripción de la zona como si fuera para una reseña mala de las de Desnivel. Creo que sin pedirlo está queriendo otro tipo de texto. No en vano es en este barranco y en su problemática donde está el origen de la asociación y de todas las iniciativas que se han tomado desde entonces.

Acepto, es algo más. Allá va.

“El barranco del Fin del Mundo, está situado en el término municipal de Almonacid de Zorita, ciudad árabe de noble pasado, custodiada de sus intermitentes murallas y abierta por sus puertas medievales, al paso de sus actuales habitantes, hombres y mujeres que viven de su campo, de los beneficios de su río, el Tajo, retenido y sumiso en la Presa de Bolarque.

La ruta hacia allí es de gran belleza, atravesando pueblos viejos con castillos eternos, silenciosos gritos de su tiempo. Bordeando la central nuclear, parada y dormida, que no muerta sino latente, de José Cabrera, conocida como la de Almonacid.

El nombre de la villa, del árabe, posible “huerta (almunia)” del Señor (Cid), o quizás un monasterio “Almonesçir”, revela un pasado de gentes de distintas formas de pensar y vivir. El barranco de “El Fin del Mundo” sólo puede ser una extensión de la belleza que desde entonces vieron en esos parajes olvidados entre pinos y robles.

Colonizado el pantano construido por un club naútico y urbanizaciones. Se llenó el valle de construcciones y casas, desbrozando la maleza y cambiando el entorno, incluyendo pistas de tenis y parkings de coches. Incluso se construyó una depuradora para dar servicio a toda esta población. Plantada en medio del paraje natural, con su ruido constante ameniza las noches de la única pareja de águilas perdiceras de la zona, y aún mas se levantó una pequeña ermita, siempre cerrada como su culto, en la entrada del otro brazo del barranco, tributo a un dios que no se pronuncia.

Justo entre estas dos últimas construcciones se abren los dos brazos de un cañón en L de paredes de caliza arenosa de calidad media, el de la izquierda muere en las aguas del pantano, el de la derecha, tras pasar terrenos desolados por un incendio forestal que destruyó este lado del paraíso y que a nadie importó, salvo para recuperar toda la madera quemada para uso industrial, se va abriendo riachuelo arriba hasta perderse en campos sin cultivar, recuerdos de un bosque medieval.

La escuela surge del impulso equipador de ilustres artistas del taladro, empezó Isidro, siguieron Rafa, Carlos, Pablo, Toñín, Paulo… seguro que olvido a alguno insigne. En todo caso, no ha sido el recuerdo de su nombre la razón de sus vías, sino la belleza de las mismas y el afán de la búsqueda del movimiento lo que les llevó a equipar más de 350 de todos los grados. Rutas de gran belleza, convertidas en objetos de culto desde su equipamiento.

Ha prosperado porque el lugar es bello, la pradera, una vez adecentada tras el abandono de los lugareños después del incendio, es un lugar único para disfrutar en familia y cómodo para el descanso del guerrero. Su fama ha crecido hasta situarla en uno de los destinos preferidos en España hasta su prohibición total. Y eso que ya había una limitación temporal, respetada escrupulosamente por todos los escaladores, para que la pareja de águilas, bajo la calma de la depuradora, anide y traiga a este mundo descendencia.

Ahora estamos en tregua. Mantenemos la palabra de llegar a un acuerdo para volver a escalar, a tomar cervezas en los bares, a disfrutar de un entorno que ahora sí hacen los moteros, los ciclistas, los cazadores, los ruteros, los domingueros de toda la vida. Estamos ante una prohibición difusa, sólo de carteles, no puestos por una autoridad administrativa, de un terreno sin vallar, sin limpiar, en el cauce de un río, en los límites de un pantano público.

La asociación a través de su presidente ha establecido un puente de diálogo y comunicación, consiguiendo ser la voz de los escaladores. El puente se está resquebrajando por el tiempo y la representación de la asociación se acabará ya que el NO como única respuesta les llevará a pelear por otras zonas donde sí sabrán aprovechar la oportunidad”.

Hasta aquí el texto para la web. A mí me queda la duda de hasta cuándo esperaré para probar Circus, que me dejé pendiente, o Rehabilitación, obra maestra de Toñín. No tengo muchas dudas, en cuando las águilas me digan voy para allá a por ellas.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Negocios indirectos: coches de alquiler y el bar de Tendilla


Subía el camino de Espadelles, en Margalef, por la pista que nuestro alcalde decidió que era imprescindible arreglar con el único objetivo de que los escaladores lleguen a uno de los mejores sectores del mundo, hablando con Renaud de sus vías y proyectos, “Cerco Ibérico” le convencí porque cercaban sus vías, cuando debía haber seguido con su “Circo Ibérico”, mucho más apropiado para lo que pasa por estos lares, subía iba diciendo, cuando al llegar me encontré, como de costumbre, que era difícil aparcar. No era la habitual línea de furgos y caravanas de otras escuelas no, era un parking de coches pequeños, con sus pegatinas de empresas de alquiler.

Me apunté la empresa y llamé para preguntar si hacían alguna oferta para escaladores, por supuesto no tenían ni idea de lo que les estaba hablando. La única oferta es la habitual a los turistas que llegan en avión. Conclusión, negocio indirecto difícil de asociar a los escaladores que vienen desde el extranjero. Más a sumar al turismo que genera la publicidad de las vías de por aquí. ¿Se lo imaginaría Jordi Pou cuando empezó a equipar por allí?


Efectos colaterales, a esto se le llama negocio indirecto o inducido. Es lo que piensa el dueño del bar de Tendilla donde paramos últimamente tras escalar en Entrepeñas, paraíso de invierno de la zona centro, al no poder en El Fin del Mundo, cuando mira encantando al montón de escaladores que entran al bar después de escalar. No para de poner pinchos gratis a cada ronda, preguntándose de donde salen si la pared más cercana está a más de 30 kilómetros. Le dejamos con su duda cada fin de semana.



Coches de alquiler en Espadelles, foto de Vicent