viernes, 22 de enero de 2016

Presupuestos, previsiones, propuestas y proyectos


Hemos empezado un nuevo año, casi sin tiempo de despedirnos convenientemente del anterior, no merece la pena, tempus fugit y no hay que perder ni un instante.

El año que ha muerto, una salva a sus “héroes y tumbas”, me ha enseñado palabras nuevas como cartílago dañado, calcificaciones adyacentes a la entesis del tendón del tríceps, osteocondromatosis sinovial, camino seguro hacia un quirófano, dotación económica de tiempo y recuperación.

Tiempo de invierno y de frío, ninguna novedad, hoja de cálculo abierta, es hora de los presupuestos, eso se hace a principios de ejercicio, qué vamos a hacer, qué recursos vamos a emplear, qué dinero tenemos, acto seguido son las previsiones, estimaciones de resultados en otras palabras. Cerrado estos dos procesos iniciales fijamos unos objetivos para el nuevo año. He vivido dos crisis financieras de alcance, la actual y la del año noventa y dos, y aunque parezca increíble cada año los objetivos eran superiores al año anterior.

A partir de ahí, es conveniente fijar unos proyectos que puedan dar forma al ejercicio, una manera de medir el resultado, no son los objetivos. La diferencia radica en que estos deben ser los resultados de los proyectos. Si quiero hacer un 8a este año, que es un objetivo, debo fijarme algún proyecto de vía y lugar con ese grado.

Posteriormente hay que dotar presupuestariamente cada proyecto, preveer un calendario de ejecución y poner unas fechas de revisión y corrección en caso de desviaciones significativas. Parece simple pero no lo es.

La primera reflexión es que en cuanto a dotación económica el importe se acerca a los 6.000 euros, que es una cantidada parecida al gasto total del año pasado, teniendo en cuenta una inflación de cero y que el precio de los combustibles va a estar más barato todavía este año, principal partida como ya expliqué antes de Navidad.


Hay que hacer algunas propuestas:


a) No voy a cambiar de entrenador.

b) No voy a cambiar el objetivo final de subir de grado a vista, a flash y ensayado. Seguiré jugándome una cena al que lo consigue no paga. El año pasado no conseguí superar ninguno de los tres objetivos, así que por extraño que parezca no me los voy a “subir”, un año más son los mismos.

c) Sin subir el presupuesto en euros totales tendré más disponible: la inflación sigue en negativo o en cero y el precio del gasoil es sensiblemente inferior al año pasado y ya hemos contado en estas entradas que es el mayor coste de un escalador deportivo en el año.


También hay unas consideraciones previas al presupuesto, las denominamos previsiones, son hechos ciertos que necesariamente han de concurrir:

a) Un año más viejos, más veteranos, menos flexibles, con menos capacidad de recuperación, con el mismo fanatismo, algún punto menos de intensidad.
Quedan menos vías no encadenadas en el circuito de escuelas habitual. Los datos reflejan que he encadenado algo más de 100 vías distintas cada año, de los últimos cinco, de más de 7a, además de las muchas que repito y de los pegues que no llevan al encadene. Repaso el número de pegues por dificultad, hay que garantizar un mínimo de máximo nivel.

b) Las horas de entrenamiento no van a variar mucho: tres a la semana, por 54 semanas del año menos las de vacaciones que sólo se escala, más alguna semana que se incrementan. Esto hace un mínimo de 156 horas de entrenamiento al año (ya sé que no son muchas).

c) Días de escalada en el año: Todos los fines de semana, un día entre semana cada dos semanas, más los puentes y la vacaciones de verano, Navidad y Semana Santa. Sumemos 100 días en fin de semana, más 25 diarios, más unos 30 de vacaciones: hacen un total de 155 días (esto está mejor). No puedo preveer el número de lesiones que tendré en el año, pero sí que tendré alguna y que el año no son doce meses escalables.


El blog seguirá con un mínimo de uno o dos posts mensuales, así que no menos de doce no más de veinticuatro. Mi amigo Vicent me avisó que es difícil seguir a partir del segundo año. Empecé en mayo de 2.012 y sigo, 76 posts de algún grado, muchas cifras y sobre todo letras, además de alguna sensación sin valor económico que se cuela entre líneas, si el ratón Firmín lo leyera, lo roería sin tardanza.

El proyecto final lo he consensuado con mi entrenador y mi cabeza, ambos se han puesto de acuerdo porque el corazón hace tiempo que va por libre, desde que se hizo pirata.