jueves, 17 de noviembre de 2016

In & Out

“¿Sigues con el blog?” resuena en mi cabeza de vez en cuando. El interlocutor es un escalador o escaladora que hace tiempo no me ve. Mi respuesta es siempre la misma, “ya no me lees, qué pena, así me echan de Desnivel”. Alguno que sigue la página web dice “ya no están donde antes los blogs”, es verdad, hay que buscarlos, siguen donde siempre, en las palabras escritas, en el relato de los hechos no importa quién los lea.

Empecé a correr este verano, mi gurú particular no me dejaba ni entrenar ni escalar hasta seis meses después del hechizo que me devolvió el codo. He corrido por bosques llenos de trasgus y xanas, por playas de cansadas gaviotas, por acantilados eternos enfrentados al mar del norte, por pueblos milenarios recorridos por peregrinos de un Santo del fin del mundo. He olido arces, eucaliptos, romeros, hayas, robles. He aspirado sus aromas llenando mi cuerpo de sonidos de animales de los bosques y de las playas.

He olvidado el ruido de las escuelas, de sus guerreros, de los gritos y los aplausos. He huido de ellas, no podía aguantar los aromas del fanatismo, la pelea con las vías, las jornadas de sudor y pegues. No he llamado para ver donde andaba el equipo, no he organizado los días para vagar hacia donde algún compañero de proyecto pasase los días. No he mirado el 8a.nu, no he preguntado por las mejores vías, no he soñado con vías este verano.

He estado fuera y he sentido la ausencia. He sufrido y superado el duelo. Poco a poco se me fue olvidando la escalada. Me refugié en el esfuerzo de mis carreras, de bajar los tiempos, de pelear la distancia.

Me he encontrado con amigos que ya no aprietan, que no buscan la dificultad como objetivo vital, que han sucumbido al esfuerzo de estar siempre al máximo, sin concesiones, que hablan de viejas batallas con la vías, de aquellos tiempos pasados cuando eran jóvenes e inmortales.

He estado fuera y he mirado a lo que hay al otro lado.

No me ha gustado.

Me reengancho. Vuelvo al tablón. A trabajar duro entre semana, a proyectar con mi entrenador los próximos días, vuelvo a las series sin fin, a los “mano arriba, pie pequeño, lanza a la más alta…”, vuelvo a la batalla, me embarco de nuevo como filibustero.

No tienen mi indulgencia los desertores, los que se bajaron del barco pirata, los que “ya no tienen edad”, los que han dejado de pelear.
“I am in” dicen los ingleses.

1 comentario:

Roberto dijo...

Bienvenido al barco de nuevo!!!

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